Que se acabe el enamoramiento es un paso saludable hacia delante porque supone una mutilación de la personalidad y, si durara la relación, se convertiría en un profundo empobrecimiento de lo que somos.
Que se acabe el enamoramiento es un paso saludable hacia delante porque supone una mutilación de la personalidad y, si durara la relación, se convertiría en un profundo empobrecimiento de lo que somos.