Dependiendo de qué tan inconscientes y convencionales sean los cónyuges, las funciones que más fácilmente se relegan son las de la pareja amoroso-erótica. Los vínculos que unen a las personas como amantes van perdiendo el papel fundamental que los llevó a tomar la decisión de casarse y se irán reemplazando por las actividades de una cotidianidad que tiene que ver más con la prestación de servicios mutuos, destinados a conseguir la seguridad económica o con la decisión de tener hijos y criarlos o con las relaciones sociales y con el estatus que con el compromiso y desarrollo de la relación de pareja amoroso-erótica.